Normalmente, un tratamiento de ortodoncia se realiza en 5 fases.
En primer lugar, a través de radiografías y un análisis exhaustivo por parte del odontólogo para buscar qué tipo de ortodoncia se ajusta más al paciente y, así, personalizar el tratamiento.
Una vez planificado, se agendará una segunda cita para colocar la ortodoncia (invisible o brackets). Una vez realizado el tratamiento, el especialista le facilitará las recomendaciones adecuadas para conseguir el efecto deseado.
Una vez la ortodoncia esté colocada en los dientes del paciente, se irán haciendo revisiones periódicas para ver cómo va progresando el tratamiento. Según el paciente, estas pueden extenderse 6 meses o hasta los 3 años.
Cuando se han alcanzado los objetivos deseados, se retiran los elementos de ortodoncia y se lleva a cabo una limpieza. Este paso marca la finalización activa del tratamiento.
Después de retirar la ortodoncia, se colocan retenedores para permitir que los ligamentos dentales se adapten al cambio. Estos retenedores son utilizados de manera continua durante los primeros 3 meses y luego de manera parcial.