- Paciente: Pedro, 78 años.
- Motivo de la visita: Molestias al masticar y dolor en las encías
- Tratamiento: Diseño de carillas y puentes
- Tiempo del tratamiento: 3 meses
- Resultados: Una estética, función y oclusión perfecta
Con 78 años, Pedro no se imaginaba que se iba a arrepentir de algo en su vida. Nunca hubiese dicho que, después de seis meses, volvería a una clínica odontológica para solucionar los problemas que le había causado un tratamiento defectuoso.
Una mañana, mientras desayunaba nuestro paciente, notó unas molestias al masticar y dolor en las encías. Hacía tiempo que no se sentía cómodo con unas fundas y puentes que le habían colocado en otra clínica seis meses antes. Además, llegó un punto que no le gustaba la separación entre dientes y encía con respecto a los dientes centrales que le faltaban. Así que decidió visitar Clínica López Niñoles para ver si sus dientes merecían una segunda oportunidad.
Desde el momento en el que entró por las puertas de nuestra clínica, nos dimos cuenta de que se nos presentaba un nuevo reto.
En el estudio diagnóstico se observó una forma de las coronas demasiado abultadas, sobre todo en la parte interior. Esto era lo que provocaba una inflamación de las encías con el consiguiente dolor.
Tal y como sospechábamos, le comentamos a Pedro que, efectivamente, el puente fijo que sustituía a los incisivos centrales estaba separado de la encía.
Miedo a la cirugía
En un principio le propusimos a Pedro realizar un injerto que aumentara esta encía. Sin embargo, el paciente se mostró reacio a esa propuesta. Esta situación fue un desafío y nos obligó a hacer un diseño de coronas (fundas) y puente muy especial.
Ya con las ideas claras, nos pusimos manos a la obra. Comenzamos el tratamiento como siempre: con una limpieza profunda, con anestesia (Raspado y Alisado Radicular, RAR), e instrucciones de Higiene Oral.
El siguiente paso fue quitar las fundas antiguas y colocar las provisionales con un diseño nuevo, que nos servían para proteger los dientes y para valorar la estética y la función antes de pasar al trabajo definitivo.
Después de ese día, Pedro sentía que sus dientes podrían relucir como siempre quiso. Gracias a la decisión de volver a otra, sus dientes tuvieron otra oportunidad.
Y, por fin, volvió a sonreír
Finalmente, realizamos las fundas y puentes definitivos en zirconio que nos ofrece, por un lado, una estética muy natural y además una forma correcta, sin abultamientos, es decir, con un perfil natural para que no se inflamara la encía y la paciente pudiera mantener una higiene diaria correcta de su boca. Una estética, una función y oclusión perfecta. Nuestro paciente nos comentó que estaba muy contento y muy cómodo al masticar.